columna de opinion

Franshesca Toledo

Este 3 de diciembre se conmemora el día internacional de la discapacidad, en donde su objetivo principal es promover los derechos y el bienestar de las personas con discapacidad en todos los ámbitos de la sociedad y el desarrollo, así como también concientizar sobre su situación en todos los aspectos de la vida política, social, económica y cultural.

A pesar de los esfuerzos por mejorar las políticas públicas que ayuden a la inclusión e incorporación de personas en situación de discapacidad a empleos en nuestro país, aún existe un gran desafío para lograr que esto sea una realidad.

Si bien, la llegada de la ley 21.015 representa un gran avance en materia de inclusión laboral de personas con discapacidad, aun queda mucho por avanzar. La ley exige a todas las reparticiones del Estado, fuerzas armadas, organismos públicos y a empresas con 100 o más trabajadores, reservar el 1% de su plantilla, para trabajadores con discapacidad.

Según el informe de evaluación de la ley 21.015, en nuestro país 12.202 empresas tienen la obligación de cumplir la norma, abriendo 59.203 potenciales puestos de trabajo para personas con discapacidad. Sin embargo, realmente el número de trabajadores que se encuentran con contrato laboral vigente llega a 20.076, lo que corresponde a un 33,9% de la cuota legal de contrataciones que exige la ley.

Durante el año 2020 estos números muestran una desaceleración, ya que la contratación de personas con discapacidad tuvo una caída del 33,5% en comparación al año anterior. En estas cifras se ven reflejados los efectos de la pandemia, pero también la falta de prioridad de la inclusión laboral por parte de las empresas que no cumplen la normativa.

Los principales obstáculos en relación a la ley de inclusión laboral, según el informe de evaluación, son en primer lugar la falta de claridad respecto a la fiscalización en las instituciones públicas, así como también la falta de información disponible.

Como sociedad, y particularmente las empresas, tenemos el deber de hacer una buena inclusión laboral. Las excusas utilizadas por el sector empresarial para la no integración de trabajadores con discapacidad, ya no son válidas y socialmente son inaceptables.

Actualmente existen diferentes herramientas y apoyos para que todos seamos parte del proceso de inclusión. Como la reciente llegada del gestor de inclusión laboral es una gran ayuda, ya que esté tiene las herramientas para poder realizar un diagnostico de la realidad de la empresa frente al tema y así poder desarrollar un plan que apunte a trabajar las falencias. Así como también una capacitación constante de los trabajadores de la empresa en temas de inclusión laboral, generando a su vez instancias de sensibilización interna del equipo.

Lamentablemente, al analizar las cifras presentadas en el informe, aún muchas empresas adeudan las exigencias que impone la ley 21.015. Por lo tanto, el llamado es principalmente a cumplir con la normativa, y a su vez promover los valores basados en la igualdad de oportunidades para todos.

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