Para avanzar hacia la inclusión social efectiva de las personas en situación de discapacidad es fundamental hacer un uso correcto del lenguaje, que dignifique y valore a todas las personas, que elimine los prejuicios y conceptos estereotipados, y que evite la discriminación.
A continuación entregamos algunas recomendaciones para conocer la terminología adecuada para referirse a las personas en situación de discapacidad:
- Cuando se refiera a la discapacidad de una persona debe poner el énfasis en la persona, es mejor decir “persona con autismo”, “personas sordas” o “persona con discapacidad”, en vez de “el autista”, “los sordos” o “el discapacitado”.
- Use el término “discapacidad” y no “deficiencia” para referirse a la discapacidad de una persona.
- Evite las descripciones negativas o sensacionalistas de la discapacidad, es mejor evitar frases como: “sufre de”, “es víctima de”, “padece de”.
- Evite retratar a las personas con discapacidad que han tenido éxito como superhéroes, esto distorsiona la verdad e implica que es insólito tener talento o habilidades por parte de esta persona.
- No use el término “normal” para describir a las personas sin discapacidad o para comparar, es mejor decir “personas sin discapacidad”.
- No use eufemismos como “personas con capacidades diferentes”, “con problemas físicos”, “físicamente limitados”, “invidentes”, o diminutivos como “sillita” o “carrito” para referirse a la silla de ruedas. Lo correcto es hablar de “personas con discapacidad física o con problemas de movilidad”, de “personas ciegas” o de “silla de ruedas”.